Y es algo que la gente me pregunta muy a menudo: hasta que punto hay que ser especialista del deporte que acompañas?
Mi respuesta es que obviamente es imprescindible ser buen conocedor del deporte que acompañas, al menos de sus reglas, de su modalidad competitiva, de su ética y de su filosofía y que por otra parte no ser demasiado experto tiene muchas ventajas:
Como coach mental no experto tengo una perspectiva fresca. Me aseguro que mi enfoque sólo se centre en los aspectos psicológicos y emocionales sin distracciones de las técnicas o tácticas específicas de este deporte. Me adapto más y mejor sin estar limitada por convenciones del deporte en cuestión. Tengo menos prejuicios que puedan infuir en mi enfoque.